EDUCACION ZONA SUR DE LA CAPITAL
Fue hace tres años. De pronto la escuela amarilla, a un costado de la General Paz, en Mataderos, se llenó de angustia. Siempre había sido la más prestigiosa de la zona y ahora los maestros estaban en crisis: no sabían qué hacer con los chicos que llegaban a primero. Chicos que devolvían el trabajo sin hacer, chicos desmotivados o que no prestaban atención.Susana Sánchez y Adriana Cognigni, directora y vice de la Escuela Nº 6 Felipe Boero cuentan que recién ahora, con esfuerzo colectivo y mucha ayuda de programas especiales, refuerzo de personal y capacitación, por parte del Gobierno de la Ciudad, lograron remontar una situación paralizante. "Siempre había sido una escuela de clase media baja, pero con cierto nivel cultural: los chicos venían estimulados a la escuela. Pero de pronto empezamos a recibir chicos sin incentivos, que no habían visto ni un lápiz ni un libro ni un diario porque en la casa lo vendían como cartones". ¿Cómo interesar a estos chicos? "Aprendimos a detectar la manera más amena de mostrar los temas. Las técnicas de trabajo innovadoras se basan en la necesidad de enseñar a los niños que existe la igualdad de oportunidades. Todo ello, sin perder de vista la importancia de reforzar en ellos, día a día, su autoestima. Se trata—dicen— de ayudarlos a superar la automarginación".Para lograr este objetivo, toda la escuela trabaja en equipo. Así, el libro de primer grado que recibieron los chicos llegó de la mano de sus papás. Para esto, maestra de grado y bibliotecaria se habían reunido con los padres. "Es que aprendimos que la importancia que tendrá el conocimiento para un chico, pasa por la importancia que tenga para el papá".
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